viernes, 14 de octubre de 2011

Higiene corporal a través de la historia. (III)

     Ya estamos en el siglo XVI:




V
amos a ver, ¿qué es lo que tengo?
Tengo ocho vestidos nuevos ya hechos y otros catorce (¡catorce! ¡ni yo misma me lo creo!) haciéndose, y me disgusta mucho que las costureras estén retrasándose tanto con ellos, porque tengo la intención de llevar cada día de mi vida un vestido diferente a la cena, desde ahora hasta el día en que muera, y de cambiarme de vestido tres veces diarias. Eso supone tres vestidos al día y varios cientos al año, y como es posible que viva hasta los cincuenta, eso sumará… Bueno, no sé calcularlo, pero si duda son muchísimos. Centenares.”
La trampa dorada, Philippa Gregory.




     En la corte de Isabel I de Inglaterra, fueron muy populares los tratamientos a base de agua de rosas para el cabello, el ungüento de flor de saúco, la salvia para blanquear los dientes, los baños en vino, las máscaras de clara de huevo y miel para alisar las arrugas y los pétalos de geranio como rojo de labios. También utilizaban productos peligrosos como el albayalde para blanquear sus caras y cuello; rojo de labios a base de sulfuro de mercurio; sublimado de mercurio para eliminar manchas y un tinte del cabello a base de sulfuro de plomo, cal viva y agua.
Uno de los avances más notorios de esta época fue la popularización de los perfumes en solución alcohólica, siendo la primera receta la llamada “Agua de Hungría”.
La falta de higiene era muy grande y se usaban perfumes para ocultar el mal olor, ya que no se utilizaba jabón. La elaboración de éste, conocida desde épocas anteriores, seguía desarrollándose como un arte, de manera que su escasa producción encarecía su precio y debía pagar impuestos, por lo que constituía un lujo fuera del alcance del pueblo.

     El siglo XVII puso de moda la belleza femenina, rubia de largos cabellos, que simbolizaba la virginidad, por lo que muchas damas se aclaraban el pelo con lejía. Se pintaban las cejas con sulfuro de antimonio y se blanqueaban la cara, el escote y las manos con solimán (sublimado corrosivo).
Se aplicaban colorete con carmín en las mejillas, barbilla, punta de las orejas, hombros y manos.
En este siglo se inicia en Francia lo que se convirtió en la creación de los perfumes mezclando diversos ingredientes.

        El siglo XVIII se destacó por el uso abusivo de cosméticos, las mujeres sufrían la llamada “fiebre del colorete” los labios se pintaban en forma de minúsculo corazón, polvos de harina de arroz esparcidos por cuello y hombros y lunares repartidos por cara y espalda.

        Todo cambió con la Revolución Francesa. Los excesos estéticos desaparecieron y no se retomaron los tratamientos estéticos hasta la llegada de Napoleón por influencia de su esposa Josefina.
Se mencionan los llamados “remedios secretos” cuya composición se desconocía. Tuvieron difusión a través de la propaganda de prensa, lo que hizo que su distribución y venta fuera regulada en algunos países, en un intento de cortar los frecuentes abusos.
        






ESCAPARATE 
Flor de Limón

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Imagínate . . .
                  La ducha diaria con este gel de Té verde.
Temprano, por la mañana, suena el despertador y sin prisa, por un día, sin prisa, te levantas y te dedicas un minuto más. Tienes un minuto o incluso dos más, para disfrutar con su aroma y su frescor ese primer momento mágico y relajante del día.






Después de la ducha ves la loción hidratante de Té verde. Lo haces sin darte cuenta, con un pequeño masaje . . . ¡y huele tan bien! Tu cuerpo está perfumado y relajado. Hidratado.
Ya estás preparada para una nueva jornada. Y ahora a disfrutar del nuevo día.
   



Este jabón también de Té verde para tus manos.




              UN REGALO MUY PERSONAL
          Recuerda que las cestas Flor de Limón se personalizan y se preparan a medida. Un recuerdo diferente y original. Haz de tu regalo un detalle irrepetible, que sorprenderá y hará sentir muy especial.
    
Estas son las magdalenas de manteca de karité, muy hidratante.
Llenas la bañera con agua calentita, las metes dentro y te recreas viendo cómo se van deshaciendo.
Pon tu música favorita, reserva 15 minutos para tí y relájate disfrutando con su aroma de productos naturales y aceites esenciales.
Hay variedad: limón, banana, coco y miel. Té de grosella. Mirra, rosa y aloe vera. Tonificante sal marina. Sensual con un poquito de brillo. Con naranja refrescante. Con almizcle oriental. Y alguna más . . .


Una experiencia increíble, tremendamente relajante y reconfortante. ¡Verás cómo te gusta!

¡Qué pinta tan estupenda tienen! Dan unas ganas enormes de comérselas, ¿verdad?  Imagínate un baño con ellas, ¡estarás en la gloria! Sólo tienes que probarlas. . . y repetirás.



¡Mira qué regalo tan bonito con unas cuantas magdalenas de baño en una cajita de madera!


      Disfruta de tu tiempo
y no olvides cuidarte.
Flor de Limón

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